14 de julio de 2005 - 31 de agosto de 2012
Traté de postergar tanto esa despedida sin saber que al final sería yo quién iba a dar el último paseo contigo, que yo jugué contigo en último lugar, que yo iba a rascar tu panza como siempre te gustó.
Hay tristeza por tu partida mi amigo, pero sé que ya no sufrirás más, sé que ya no podíamos hacer nada para salvarte.
Me quedaré con los buenos momentos que pase junto a ti, con las horas de juego y cansancio que provocaste gracias a mi mala condición física.
Guardaré el orgullo que me daba presentarte como mi perro y que la gente pensará que eras hermoso.
Nunca se irá de mi mente el día en que te conocí y que enamoraste a toda una familia.
Yo sé que no fuiste perfecto, pero eras mi Bocho.
Y lo más importante, nunca fuiste solo un perro para mí, eras parte de mi familia, eras mi sobrino güero.
Gracias por todo amigo.