Fue hace cerca de 12 años, se
trataba de una tarea por las vacaciones de semana santa para la materia de
taller de lectura y redacción, la cual consistía en leer cualquier libro de
Gabo. Le pregunté a mi papá si tenía en su casa algún libro de él y a la negativa
de su respuesta me llevó a comprar uno, teniendo 15 años e inexperiencia sobre
el tema, mi padre me asesoro, sus palabras fueron: "Es un gran escritor,
son muchos libros los que ha escrito y su mejor obra es Cien años de
soledad". Escogí ese libro y comencé la lectura de una de las obras
literarias que más me ha gustado y ha marcado mi vida.
Desde ese momento me interese más por leer a Gabo, le saqué provecho a la tarea que nos dejaron y pedí libros prestados a los demás compañeros.
Tantas historias y momentos que
he disfrutado creadas por un hombre que hoy se fue, que se convierte en energía
cósmica. Un hombre que sin ser de mi familia me duele su partida porque puedo
ver en mi vida un antes y un después de saber de la existencia de un escritor
que podía relatar todo lo que, sin saberlo, yo buscaba en los libros.
Hoy me siento un poco triste
porque se fue un colombiano al cual yo idolatro, que si en algún momento de mi
vida hubiese tenido la gran fortuna de conocerlo, no habría dicho nada
coherente por los nervios y tal vez solo hubiera nacido de mi boca un “usted es
mi escritor favorito”.
Intento hacer un homenaje y un
agradecimiento a su vida y obra en este fugaz paso por el mundo, en dónde ha
marcado a muchas personas al igual que a mí, sin embargo, las palabras no me
salen como quisiera, solo puedo pensar que los libros quedaran, que no morirán
y que en agradecimiento solo me queda compartir lo que yo tengo de Gabo. Solo
me resta agradecer todo lo que creo y deja como herencia a todos los que
disfrutamos leer.