jueves, 6 de octubre de 2022

No me sirven las palabras

Tal vez es que ya lo sabía y por eso no me duele tanto. Puede ser que era algo que hace cuatro años había asimilado, pues ya se encontraba inerte, sin una sonrisa y sin una verdadera razón de ser, sin nada que regalarnos, excepto esa memoria de todo aquello que se quedo en el camino, que fue parte de una vida de crear no sólo arte, sino sonrisas, emociones, percepciones etc.

Quizás sea que yo ya sabía que tarde o temprano te convertirías en energía cósmica y como dice El Pirata: sobran las palabras. Creo que sólo quedan los recuerdos de tres conciertos, uno con la camisa a cuadros, otro con un adiós y el último con una uña que quedara entre mis posesiones más preciadas, una púa del maestro y un gran arrepentimiento por no hacer ese viaje a L.A.

Podría decir gracias totales, sin embargo, prefiero decir: Saber decir adiós es crecer. Gracias Gus.

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